En Apocalipsis, Babilonia (Ap 14.8), más
que una ciudad, probablemente representa un completo sistema mundial de
rebelión contra Dios. Con frecuencia, los profetas del AT profetizaban de la caída de
Babilonia, la capital de un imperio que destruyó a Jerusalén y llevó a la
cautividad al pueblo de Dios. Asimismo, aquí, Babilonia se convierte en una
imagen precisa de una sociedad que persigue a los creyentes pero que Dios
destruirá finalmente.
Ruinas de Babilonia
No
es Babilonia ni Nínive enterrada en olvido y en polvo,
ni entre momias y piedras reina que habita el sepulcro,
la nación generosa, coronada de orgullo inmarchito,
que hacia el lado del alba fija las miradas ansiosas,
ni la que tras los mares en que yace sepultada la Atlántida,
tiene su coro de vástagos altos, robustos y fuertes.
ni entre momias y piedras reina que habita el sepulcro,
la nación generosa, coronada de orgullo inmarchito,
que hacia el lado del alba fija las miradas ansiosas,
ni la que tras los mares en que yace sepultada la Atlántida,
tiene su coro de vástagos altos, robustos y fuertes.
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